Las inmersiones habituales en las piscinas comunitarias para controlar el calor del verano están en el aire a raíz del COVID-19.
Con la llegada del buen tiempo, es normal que las piscinas de los municipios vecinos se preparen para abrir entre el 15 y el 31 de mayo. Sin embargo, la realidad es muy diferente. Este año, los baños de la piscina comunitaria están en espera debido al COVID-19. Los administradores de propiedades exigen una regulación clara del gobierno central para que se abra, ya que hay mucha ambigüedad al respecto.
Los administradores dicen que no están seguros de cuándo podrán abrir o si podrán abrirlos este verano. Aunque el director del Centro para la Coordinación de Alertas de Salud y Emergencias, Fernando Simón, dijo en una conferencia de prensa el martes que las piscinas «podrían abrir a mediados de junio», los administradores de propiedades no lo hacen.
Se necesita una cierta certeza. La apertura de las piscinas requiere una preparación previa, especialmente este año, ya que en caso de apertura, las medidas de seguridad se verán fuertemente reforzadas. Por esta razón, los administradores de fincas están pidiendo al Ministerio de Salud una aclaración a este respecto, tanto sobre cuándo podrían abrirse como si no podrán abrir este año.
Dado el aumento predecible y obvio de las medidas de seguridad en las piscinas comunitarias si se abren, los administradores se preguntan quién tendrá que implementar estas medidas o cómo deberán implementarse. «Hay comunidades en las que no es necesaria la presencia del socorrista, pero en el caso de que haya un socorrista, sus funciones no son estas». En este sentido, explican que si la capacidad se limita a 20 personas, «el socorrista no puede decirle a la persona 21 que suba a su departamento».
En los últimos días, los administradores de fincas han recibido muchas dudas como resultado de esta situación y piden «esperar una o dos semanas para ver si tienen algo claro».
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